Diego Sarmiento de Acuña, gobernador perpetuo de Baiona, corregidor de Toro y de Valladolid, fue primer Conde de Gondomar (en referencia a la villa del mismo nombre en Pontevedra) y embajador de España. Consiguió paralizar las hostilidades con Inglaterra gracias a la intensa amistad que mantuvo con el rey Jacobo I. Fue por ello conocido por sus habilidades diplomáticas como “el Maquiavelo español». Hombre poseedor de una de las mejores bibliotecas de España, entre sus amigos se encontraba Francisco de Quevedo. Diego Sarmiento era un personaje culto y locuaz conversador comprometido con la cultura y sobre todo un influyente político gallego en la Corte.
Fueron muchos los méritos de Sarmiento de Acuña, no en vano sus cualidades eran objeto de los celos e intrigas de muchos nobles cercanos a los distintos monarcas con los que coincidió. Por citar algunas heroicidades de la vida de este personaje, en 1585 el pirata inglés Francis Drake, al mando de 1.500 hombres ataca la fortaleza de Baiona, pero la población de la comarca, mandada por el Conde de Gondomar le hace desistir de su intentona. Posteriormente reconstruyó la estructura de las murallas almenadas de Monterreal (Baiona), fortaleza que le sirvió como residencia.
Vinculado a los tres monarcas: Felipe II, III y IV (siglos XVI y XVII) este singular diplomático organizó y fue artífice de lo que pudo haber supuesto la llamada “boda española” sin lugar a dudas uno de sus más importantes planteamientos (ver Memoria Mágica 5 y 7 de Enero de 2014). Además desplegó su capacidad negociadora consiguiendo crear una armada real,como la que había en el cantábrico, que defendiese las costas gallegas. En su defensa de Galicia logró recuperar el voto de esta región en las cortes españolas, representada hasta entonces por la ciudad de Zamora.
El Conde vivió durante diferentes periodos de tiempo en Valladolid coincidiendo algunos años con la estancia de la Corte. Siendo regidor de la capital castellana se celebraron las fiestas con motivo del bautizo de Felipe IV.
La anécdota surge del gran despliegue festivo que hace Diego Sarmiento con motivo de esta celebración haciéndola coincidir con la llegada del embajador de Inglaterra que venía a firmar la paz con España. El séquito ingles quedó deslumbrado. Lo curioso es que por primera vez en dichas fiestas de 1605, aparecen máscaras donde ya están caracterizados Don Quijote y Sancho. Recordemos que la primera parte de la obra de Cervantes llevaba solo unos meses publicada.
El Conde está enterrado junto a su palacio denominado “Casa del Sol” en la cripta de la iglesia de San Benito el viejo de Valladolid. El Sol que corona la mansión es el que aparece en la portada de la Web y Facebook de esta página web, de aquí nuestra satisfacción por la casualidad de esta nueva crónica. Aprovechamos para recordar la memoria de Diego Sarmiento y su genial astucia de embajador.