María de Monroy nació en Plasencia (Cáceres), casada con Enrique Enríquez, tuvo su casa en Salamanca donde hoy se sitúa la Plaza de los Bandos. Esta mujer es conocida como María la Brava por los distintos acontecimientos ocurridos. Estos sucesos dieron también origen al nombre de la plaza. Nos remitimos a los hechos vividos en el siglo XV, como consecuencia de un juego de pelota y de la discusión que se originó murieron los Enríquez (hijos de la Brava) a mano de los Manzano. María viuda, al mando de un grupo hombres, se tomó la justicia por su mano, persiguiendo y acabando con la vida de los que habían asesinado a sus hijos.
Aquello fue la “mecha” que inició los enfrentamientos en Salamanca en el siglo XV entre dos bandos. Por un lado los de Santo Tomé de los Caballeros (familias nobles situadas en torno a esta parroquia y capitaneados por los Enríquez, hoy es donde se ubica la plaza de los Bandos) y en la facción contraria los denominados de San Benito (las otras familias nobles que habitaban cercanos a dicha iglesia y dirigidos por los Manzano). La plaza del Corrillo servía de división entre las dos partes.
Fueron tiempos convulsos donde ambas facciones se disputaban el poder en la ciudad. Gracias a la intervención de fray Juan de Sahagún, futuro santo y patrón de la ciudad del Tormes, se logró poner fin a las hostilidades firmando una tregua.
Plaza de los Bandos de Salamanca.
En años posteriores la plaza de los Bandos fue testigo de la boda de Felipe II con su prima María Manuela de Portugal en noviembre de 1543, aquí se celebraron con motivo del enlace justas, y torneos a caballo. Los príncipes (futuros reyes de España) se alojaron en el desaparecido palacio de los Solís. De este matrimonio nacería el malogrado príncipe Carlos que tantas hipótesis ha originado en la historia.
Como curiosidad la importante Vía de la Plata trascurría por este mismo paraje.