“Zamora no se ganó en una hora”, este dicho nos remite al año 1072, cuando Sancho II de Castilla pretendía volver a juntar los territorios de su padre, Fernando I. Tanta fue la resistencia de la ciudad, que le costó la vida al propio rey, quien murió traicionado por Bellido Dolfos y fue el otro hermano, Alfonso VI, quien obtuvo la plaza de manos de doña Urraca, hermana de ambos y Señora de Zamora . Después vendría Rodrigo Díaz de Vivar “El Cid Campeador” y la Jura de Santa Gadea.
Y así abrimos una hipótesis de la historia de España si el desenlace de dicha batalla en Zamora hubiese sido otro…