Hoy nos situamos en el lado fantástico de la historia de España, muchas veces la imaginación popular crea leyendas y aventuras, que pudiendo ser en parte reales están marcadas por un alto índice de fabulación que ha trascendido en el tiempo. Este es el caso curioso de Jacobo de Grattis, conocido como el caballero de Gracia, italiano nacido en Módena quien llegó a Madrid en el siglo XVI acompañando al nuncio de Gregorio XIII. La historia cuenta que este noble tenía una importante fortuna y compró la mayor parte de los solares de la zona donde hoy se encuentra el oratorio que lleva su nombre, allí construyó casas de estilo italiano con jardines que eran auténticos vergeles.
Dejamos por ello al criterio del lector el breve paseo mágico que seguidamente relatamos. Según las teorías más conocidas el caballero era un perfecto seductor al que acompañaba un florido don de palabra, la tradición habla de él cómo alguien que llevaba una vida licenciosa en busca de todos los placeres, se cuenta que era un Don Juan empedernido y que organizaba llamativas fiestas en su casa.
Así en sus desvelos por conquistar a la bella Leonor Garcés, que era esposa de un hidalgo aragonés, y buscando el apoyo de una de las doncellas de Leonor, Jacobo intentó conquistarla utilizando bebedizos, una noche entrando en la casa de la amada, resbala y se rompe el brebaje, este hecho hizo que el caballero de gracia interpretase ver en este accidente un mal augurio y un mensaje divino, abandonando su vida crápula y decidiendo refugiarse en la meditación religiosa. La anécdota cuenta que el edificio donde habitó la bella mujer, en la actual calle del Caballero de Gracia, se pasó a denominar tras dichos sucesos como “La casa del Espanto”.
A partir de aquí, Jacobo comienza otra vida, dedicándose a la fundación de hospitales, colegios y todo tipo de obras piadosas, creando una congregación con el objetivo de hacer un oratorio, que hoy puede verse situado en la calle que lleva su nombre en Madrid y cuya cúpula es visible por su belleza en la Gran Vía.
En la otra cara de la moneda , otras narraciones dicen que Jacobo era un hombre que pasó largas temporadas en España y que se dedicó siempre a obras piadosas y que nada hay en su pasado de vida de seductor, su nombre de Gracia según esta hipótesis, se debe a su destino agraciado después de salvar la vida su madre, antes de nacer el, por un trance de catalepsia.
Pero volvamos nuevamente a la aventura y la fábula. Muy cerca de la Gran Vía se encuentra la calle del Desengaño, en pleno barrio de Malasaña, aquí entramos de lleno en la segunda leyenda. Nuestro protagonista el caballero de Gracia frente a Vespasiano de Gonzaga, es época de espadachines del siglo XVI, ambos quedaron para batirse en duelo por el amor de una dama. Durante el envite vieron pasar corriendo a una mujer perseguida por un zorro, los dos se apresuraron a seguirla y al llegar a ella, pudieron comprobar con asombro que, tras el velo, el rostro de la dama era el de una terrorífica momia: ¡Qué desengaño!, exclamaron, quedando así el nombre de la calle.
Pero algunos investigadores sostenían la conjetura que en esta calle se reunían los amigos del desafortunado príncipe Carlos, que conspirando contra Felipe II y ante el pánico de ser localizados por la justicia se inventaron la historia del duelo de espadachines para despistar a los alguaciles del monarca.
Ambas fabulaciones quedaron en el imaginario popular madrileño, el grado de veracidad es muy incierto, pero probablemente la carga de un alto índice de fantasía ayudan a crear el mito sobre este noble hidalgo, en la España tan mágica del siglo XVI.
Como curiosidad, el paraje donde se encuentra hoy el Oratorio fue una casa que sirvió de vivienda al embajador de Gran Bretaña enviado por Cronwell. Este diplomático, había decidido con su voto la ejecución en el cadalso del rey de Inglaterra Carlos I (Ver referencias sobre este tema Memoria Mágica 07/01/2014). El 6 de mayo de 1650, al salir de su casa el embajador fue asesinado a puñaladas por cinco ingleses que habían venido a Madrid para vengar la muerte de su rey.
Jacobo de Grattis murió nada menos que con 102 años, la calle del Caballero de Gracia está situada, entre Peligros y la Gran Vía y va de la calle de la Montera a la de Alcalá. La zona es un clásico en la capital de España que parece conservar la convivencia de esencias del misterio, del amor y del recogimiento. El primer oratorio del caballero de Gracia se realizó con la herencia del protagonista Jacobo de Grattis en 1662. En el mismo lugar, se construyó posteriormente en 1789 el actual, obra del arquitecto real Juan de Villanueva.