Santa María del Naranco: un palacio en un paraje mágico

Santa María del Naranco situado en la ladera sur del Monte Naranco, se encuentra a cuatro kilómetros de Oviedo. Supone un exponente significativo de la arquitectura prerrománica europea, podemos hablar de un aula regia mandada construir por el rey Ramiro I de Asturias (842-850) como edificio palatino, finalizado en el 842, significativo lugar de descanso real y donde se celebraban actividades de gobierno, a escasos 50 metros se encuentra San Miguel de Lillo levantada como iglesia en la misma época. El prerrománico asturiano se caracteriza por bóvedas de medio cañón, arcos de medio punto y muros de mampostería, destacan también los medallones, molduras y celosías, así como pinturas murales, singularidad muy característica del arte asturiano es la llamada cámara del tesoro.

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Santa María de Naranco es un edificio de planta rectangular de 21 metros de largo, por seis de ancho y nueve metros de altura, elevándose sobre un pedestal, que sirve para equilibrar las irregularidades del terreno. El interior, totalmente abovedado, tiene dos plantas, una noble de dos alturas, a la que se acede por una escalera exterior con contrafuertes que van desde la base a la cornisa y dan una impresión de verticalidad y armonía de gran belleza. La planta inferior donde está la cripta dedicada a oratorio de palacio, guarda semejanzas con la cripta de San Antolín en Palencia y con la cámara santa de la Catedral de Oviedo.

Curiosamente hay dos estancias laterales en la planta inferior: la situada en el lado este, se trataría de una sala de baños por debajo del nivel del suelo, donde se conserva una piscina y conducciones de agua.

Son muy originales los dos miradores que tiene el edificio, localizados a ambos lados y que vienen a resaltar un especial encanto. Podemos afirmar que los elementos arquitectónicos adquieren en sí mismos un valor decorativo y armonía en el conjunto de la residencia palaciega.

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Hacemos especial hincapié en la simbología: capiteles de dos tipos, el corintio de ascendencia clásica, y los interiores de tipo bizantino, pero con decoración muy variada, desde animales hasta siluetas de monjes que se han querido relacionar con el arte irlandés. Los medallones cuya ornamentación exterior es de círculos entrelazados con temas que van desde los geométricos y vegetales hasta animales enfrentados, básicamente de inspiración oriental. Se cuentan treinta y dos medallones donde aparecen en su interior figuras con aves, cuadrúpedas y jinetes en actitud de combate. Finalmente sobre estos medallones encontramos pilastras con imágenes de monjes y caballeros y por último observamos las columnas con decoración de cuerdas entrelazadas que dan un valor iconográfico.

Algunas teorías tradicionales hablan de que las imágenes representadas señalan los dos tipos de vida de la élite altomedieval, así la vida activa (bellatores) y la vida contemplativa (oratores). Santa María fue transformada definitivamente en iglesia en el siglo XII. Fue restaurada entre 1929 y 1934 por Luis Menéndez Pidal, eliminando todos los añadidos posteriores a sus inicios y recuperando su estructura y aspectos originales.

Las cuatro joyas del prerrománico asturiano son: Santa Cristina de Lena, San Julián de los Prados, Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. El Prerrománico fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1985.

Para finalizar extractamos de la crónica de Alfonso III, llamado El Magno, hace entre otros los siguientes comentario sobre Santa María «abovedada con varios arcos, construida solamente de cal y piedra; si alguien quisiera ver un edificio similar a éste, no lo hallaría en España».

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Vista de Oviedo desde el Monte Naranco.